Producción y consumo de alimentos en Galicia
La reciente situación de confinamiento dejó imágenes de secciones de alimentación vacías. Esta realidad puso sobre la mesa uno de los grandes desafíos alimentarios y ambientales del siglo XXI, el de lograr la autosuficiencia alimentaria de los territorios.
Garantizar el abastecimiento de alimentos para la población es una preocupación histórica que debemos tener muy presente hoy en día. Hace miles de años, en la antigua China y el antiguo Egipto almacenaban estratégicamente alimentos para ponerlos a disposición de sus poblaciones en tiempos de hambruna. Hoy, es necesario recuperar esta preocupación en positivo, para poder plantear estrategias y planes de contingencia ante los grandes retos del sistema alimentario global.
¿Está Galicia preparada para ese reto?
Los estudios sobre el autoabastecimiento alimentario de la comunidad concluyen que Galicia, como era esperable, tiene un balance positivo en multitud de producciones, como leche, carne o patatas, pero sufre déficits significativos en cereales de grano (trigo, centeno, etc.) y, en menor medida, en fruta, según recogen Emilio Carral (USC) y Xoán Carlos Carreira en su artículo “Balance producción-consumo de alimentos en Galicia: aproximación desde la soberanía alimentaria y la comercialización local.”
Tomando como referencia las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura e Pesca, la siguiente tabla recoge las principales cifras de autoabastecimiento de Galicia. Los datos hay que tomarlos como una aproximación, pues las cifras de consumo de las que se dispone recogen sólo el consumo en el hogar, quedando fuera las producciones de autoconsumo y el consumo en hostelería con lo que las verdaderas cifras de autoabastecimiento serán menores.
C: cereales grano; P: patatas; H: productos hortícolas; HPL: conjunto de productos hortícolas, patatas y leguminosas grano; Fp: frutas no cítricas de producción gallega; Ct: cítricos; Cs: castañas; V: uvas; L: leche; CV: carne de vacuno; COC: carne de ovino y cabruno; CP: carne de porcino; CA: carne de aves.
Como se podía prever producimos más de lo que consumimos en numerosos sectores, pero no cubrimos las necesidades en otros. Es cierto que hay frutas y hortalizas de las que quizás Galicia no se pueda autoabastecer, bien porque no se pueden cultivar en Galicia o bien porque los rendimientos serían muy bajos, pero los estudios apuntan a que las necesidades de esos productos derivan en gran medida de hábitos de consumo. Existirían posibilidades de sustitución por ejemplo de frutas tropicales o mediterráneas por producciones de frutas y hortalizas autóctonas de temporada.
Mejorar el autoabastecimiento alimentario para desarrollar el rural
Una posibilidad para mejorar el autoabastecimiento alimentario consistiría en modificar el uso de parte de las tierras agrarias hacia otros usos que fueran posibles en esas superficies. Otra opción es la puesta en producción de tierras agrarias abandonadas, dando prioridad a iniciativas en las que Galicia es deficitaria.
A la vez, hay que tener en consideración la importancia social y económica de las producciones en las que somos excedentarios, como leche o carne, pues las ganaderías familiares precisan en general también de mayores superficies para producir más forrajes propios, con las que reducir las compras de piensos y forrajes procedentes del exterior.
En la ganadería, una posibilidad productiva interesante es también el avance hacia una mayor extensificación, con menos animales por hectárea, en la línea de lograr una producción ambientalmente más sostenible. Son todas estas cuestiones que apuntan a una prioridad: la recuperación de tierras abandonadas.
Red local de producción para garantizar el abastecimiento
Una alimentación basada en el desarrollo de sistemas alimentarios locales reconecta espacios urbanos, rurales y los ecosistemas que les dan soporte, de tal manera que la producción y distribución de alimentos, así como otros servicios ecosistémicos están garantizados.
Quizás se trate de una transformación radical del sistema alimentario que requiere acciones a múltiples niveles, pero no es menos cierto que el nuestras deicisones a la hora de consumir pueden jugar en este caso un papel fundamental para esta transformación necesaria.