Consumimos los recursos del planeta a gran velocidad y la alimentación es uno de los grandes causantes del deterioro que está experimentando. Por eso, las cuestiones ambientales relacionadas con nuestra alimentación juegan un papel clave en la transición necesaria hacia la sostenibilidad.
La evolución hacia una dieta sostenible que minimice el impacto de nuestra alimentación en el planeta es necesaria e inevitable, y las cifras lo confirman:
- El 30% del consumo energético mundial se emplea en la agricultura.
- El 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son causadas por la generación de alimentos
- El 70% del agua dulce mundial se utiliza para el riego de cultivos
- El 47% de la superficie terrestre está dedicada a la agricultura y la ganadería
- Los hogares de la UE desperdiciamos el 30% de los alimentos
- En 2050 será necesario producir entre un 60% y un 70% más de alimentos.
Una dieta óptima no solo debe favorecer al buen funcionamiento de nuestro organismo, sino que también debe contemplar la repercusión sobre el medio ambiente, el bienestar animal y la sociedad en general. Las consecuencias positivas para la salud asociadas a la adopción de una dieta sostenible son bastante fáciles de comprender, sin embargo, el reto más importante que tenemos como sociedad es afrontar el enorme impacto de nuestra alimentación.
Evolucionar hacia una dieta que tenga en consideración las cuestiones ambientales en las decisiones que tomamos acerca de nuestra alimentación se convierte en un aspecto clave para afrontar el reto de la sostenibilidad.
¿Qué es una dieta sostenible?
Una dieta sostenible es aquella que reduce el impacto negativo vinculado a la alimentación en el medio ambiente. Atendiendo a los datos presentados anteriormente y a las tendencias, el hecho de introducir cambios en el proceso de producción, distribución y reciclaje de alimentos puede convertirse en una importante palanca para la sostenibilidad global, al mismo tiempo que -como resultado más inmediato- puede mejorar la salud de quienes optemos por esa alternativa.
¿Cómo evolucionar hacia una dieta sostenible?
Empezar poco a poco puede ser una buena manera de contribuir, sin que signifique un cambio brusco en nuestra vida diaria. Múltiples informes coinciden en unas recomendaciones básicas para una dieta sostenible, entre las que se encuentran:
- Comer más vegetales y menos carne: los cereales, las legumbres, las frutas o las verduras proporcionan hidratos de carbono de absorción lenta y proteínas de alta calidad y, según los expertos en nutrición, las proteínas vegetales deberían constituir un 80% de nuestra alimentación diaria. Si nos referimos al impacto que tiene la producción de unos y otros productos, para producir un kilo de carne de ternera se requieren 9 kilos de cereales y unos 15.000 litros de agua, mientras que se puede obtener un kilo de verdura con 300 litros de agua o de fruta con 90.
- En la medida de los posible abastecerse de productos de proximidad: Además de los impactos económico, ambiental y social que supone comprar productos de procedencia lejana, por la propia logística de estos productos, su calidad se reduce paulatinamente desde su recolección hasta que llega a nuestras manos. Decantarse por productos de proximidad no solo asegura la calidad de los alimentos que estamos comprando, sino que ayuda a reforzar la economía local y el comercio justo.
- No desperdiciar alimentos: Se desperdician alimentos en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción hasta la venta de los productos, pasando por cada paso de su manipulación. Sin embargo, es en los hogares donde se produce un mayor desperdicio de alimentos. El hecho de producir alimentos que terminan en la basura supone un derroche innecesario de recursos (tierra, agua, mano de obra…) y genera GEI (Gas Efecto Invernadero) innecesario.
Menú LiveWell
LiveWell es un proyecto LIFE+ de la Unión Europea desarrollado por WWF y Friends of Europe que busca promover el debate sobre el impacto ambiental que genera nuestra dieta, así como fomentar una dieta más sostenible, baja en carbono y más sana con propuestas agrupadas bajo el llamado Menú LiveWell.
Una de las iniciativas piloto de este proyecto ha consistido en analizar la alimentación en tres países con dietas diferentes (España, Francia y Suecia), con el objetivo de obtener estudios que reflejen la diversidad de costumbres locales. En el caso de España, los resultados concluyen que seguir la dieta LiveWell reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al promedio actual en aproximadamente un 26%, y costaría al consumidor aproximadamente lo mismo que se gasta ahora en su alimentación.
¡Haz tu contribución!
Desde el Mercado de la Cosecha queremos conciliar estas cuestiones ambientales con el desarrollo socioeconómico del rural. Para ello, trabajamos en la investigación, desarrollo e implementación de procesos sostenibles de producción, de gestión y modelos de negocio que consideren la sostenibilidad como máxima.
También somos conscientes de la importancia de la divulgación, y es por eso por lo que todas nuestras actividades y las iniciativas que participan de ellas tienen aspectos inspiradores que pueden hacer que te plantees acciones sencillas para comenzar a hacer una contribución a la salud de los ecosistemas a través de tu alimentación.