La historia de Amorodo por María Victoria y Yolanda
María Victoria y Yolanda deciden a principios de los años 2000 apostar por el rural y lo hacen introduciéndose en el nicho de las conservas ecológicas. Comienzan su aventura en Forcarei con la construcción (en términos literales) de lo que hoy en día conocemos como Amorodo.
Los envases de vidrio transparente de Amorodo no dejan lugar a dudas: el suyo es un producto 100% natural y real. Desde Pontevedra envasan todo tipo de productos vegetales cultivados por productores de proximidad, sin intermediarios, directamente del campo al tarro y del tarro a la mesa. Su valor añadido está en la calidad y la cercanía, pero no cabe duda de que lo redondean con en el sabor de sus conservas dulces y saladas 😉
¿Quieres saber un poco más sobre este proyecto? No te pierdas esta conversación con su impulsoras, María Victoria y Yolanda.
¿Cómo nace Amorodo?
Nosotras nos conocíamos de toda la vida, éramos muy aficionadas a ir al monte a hacer recolección de setas y frutos. Con eso hacíamos conservas caseras que compartíamos con nuestras familias. Teníamos nuestra propia huerta y teníamos excedentes que debíamos utilizar.
Un día empezamos a hacer cursos de agricultura ecológica y a formarnos en temas de conservas y quisimos crear una fabrica de conservas. Siempre tuvimos claro que tenían que ser conservas ecológicas.
Pusimos las dos el corazón y ninguna la cabeza. Somos de ideas rápidas, nos lanzamos y hoy en día estamos muy contentas porque nos gusta esa forma de trabajar. De esta manera creamos este proyecto que fue muy ilusionante.
¿Por qué una empresa de conservas?
Decidimos apostar por las conservas vegetales porque estamos en una ubicación privilegiada en donde las condiciones son idóneas para poder elaborar estos productos. Estamos relativamente cerca además de zonas de producción de huerta como la zona del Ulla. Además, tenemos una ventaja muy grande y es que tenemos y usamos el agua de montaña, algo muy importante en las conservas.
Aunque nuestra producción es pequeña nuestra gama de productos y nuestra variedad es muy amplia. Hacemos desde conservas al natural a conservas dulces como las mermeladas. Hacemos grelos, judías, tomate triturado… y todo lo que compramos intentamos que sea de Galicia, si no es así compramos en Portugal o en el resto de España, pero eso sí, siempre en ecológico.
¿Por qué apostar por lo ecológico?
En Amorodo no hay trampa ni cartón. Nuestros envases son de cristal, desde el minuto uno decidimos apostar por lo ecológico y de calidad. Teníamos que diferenciarnos porque no podíamos competir con las grandes empresas conserveras. Podemos comprar excedentes, pero nunca materia prima o producto de mala calidad o malas condiciones.
Nuestras recetas son caseras, son recetas tradicionales, pero sin conservantes ni aditivos. Otro detalle de nuestro proyecto, de nuestra empresa, es que generamos muy poca basura, además de apostar por la proximidad también teníamos claro que debíamos ser sostenibles. Los residuos que generamos y producimos son reutilizados. Además, cerramos el círculo porque todos nuestros residuos se convierten en nutrientes a través del compostaje.
¿Qué es el rural para vosotras?
Nosotras estamos en el rural porque creemos en él. El rural gallego tiene mucho potencial, pero necesitamos que la gente crea en él también. Necesitamos que la gente se quede en el rural y no se vaya. Esa es nuestra lucha.
Apostamos por el rural y por el medio en el que vivimos, por nuestro entorno y por lo que queremos. Tenemos una filosofía muy clara, hacer unas conservas lo más artesanales posible y crear empleo en nuestra zona.
¿Qué creéis que os hace diferentes?
Nuestro producto es muy especial, está hecho con mucho cariño, mucho esfuerzo y muchísima ilusión. No hay grandes diferencias de nuestros productos frente a otras conservas ecológicas, pero sí la hay en cómo empezó todo. Nos diferenciamos porque fuimos atrevidas, porque decidimos instalarnos en una zona donde no hay industria y poco a poco fuimos levantando este proyecto.
Además, valoramos la cercanía en la elaboración de nuestros productos, tanto es así que intentamos conocer a todos los productores con los que trabajamos.
En las conservas también hay innovación. De vez en cuando hacemos una puesta en común, nos reunimos y tratamos de hacer alguna novedad. Sacar algo diferente al mercado. Por ejemplo, de la receta que todos conocemos de las peras al vino a nosotras se nos ocurrió crear una mermelada de peras al albariño. Colaboramos además con una productora de vino albariño ecológico y después de muchas pruebas y ensayos salió este producto.
¿Un consejo para aquellos que quieran emprender en el rural?
Lo primero que una persona tiene que hacer para emprender en el rural es aprender a querer el rural. No verlo como algo negativo sino todo lo contrario. El rural no solo es paz y tranquilidad, sino también una forma en la que poder desenvolverte.
¿Qué es lo que más os gusta del Mercado de la Cosecha?
Lo que hace el Mercado de la Cosecha es algo muy importante. Estamos todos en el mismo barco y tiramos todos por lo mismo, entonces por eso el agradecimiento a los que nos apoyan es muy grande.