¿Has pensado en cultivar tus propios alimentos?
No resultará fácil que cultives todos tus alimentos, pero el mero hecho de iniciar el cultivo y cuidado de un huerto casero es una muy buena idea didáctica para conocer de primera mano los procesos globales que son necesarios para alimentar a la población mundial y quizás así, tomar consciencia a la hora de tus decisiones de consumo en algo tan fundamental como la alimentación.
Pasos para desarrollar con éxito tu propio huerto casero
En la serie “Pasos para hacer un huerto casero sostenible” haremos un recorrido por las cuestiones básicas a tener en cuenta si quieres llevar a cabo con éxito tu propio huerto urbano. En este post comenzaremos por el primer paso: seleccionar qué alimentos queremos cultivar.
¿Cuál es el mejor alimento que puedes cultivar en tu casa?
La respuesta a esta pregunta siempre va a ser la misma: depende.
Pero nuestro objetivo es ayudarte a tomar esta decisión, proporcionándote información acerca de una serie de cuestiones sobre las que deberás reflexionar antes de escoger qué verduras, hortalizas o frutas vas a cultivar en tu huerto.
Es importante tener en cuenta una serie de factores como el lugar en el que estás, cómo es tu entorno y qué idea tienes en mente. A continuación, analizaremos esta serie de cuestiones que te pueden ser de gran ayuda para tomar una decisión más consciente.
Cuando y dónde plantar
¿Cuándo quieres empezar a cultivar? Esta es la primera pregunta que deberás hacerte. La segunda, cuánto tiempo podrás y estás dispuesto a dedicar al cultivo.
La época del año influye de forma determinante en el desarrollo de la gran mayoría de las especies, y de ahí la importancia de tener en cuenta una serie de reglas.
Podrás verlo de una forma más gráfica en un calendario de cultivos, que te mostrará visualmente la relación entre el momento del año y los cultivos más recomendados, representando en un eje una línea temporal con los diferentes momentos del año y en el otro una serie de alimentos.
A través de esta cuadrícula podremos tener una visión más general de las temporadas de los cultivos y esto nos ayudará a decantarnos por unos u otros cultivos. Debes tener en cuenta que hay multitud de alimentos que se pueden plantar en cualquier momento del año, mientras que otros son muy sensibles a los cambios de temperatura o situaciones climatológicas extremas, por lo que es importante que te informes bien sobre las condiciones óptimas para cada alimento.
También debes tener en cuenta el tiempo que tarda en desarrollarse cada planta, su suelo y el clima. Por esto debes conocer muy bien el dónde en todos los sentidos. Primero debes conocer el tipo de tierra y abonos que quieras utilizar, posteriormente determinar si la ubicación de tus cultivos será en interior o exterior, y por último, tendrás que analizar el clima, que puede resultar determinante en el crecimiento de tus cultivos.
Como sabrás, hay multitud de alimentos que solo se dan bajo condiciones climáticas muy concretas, que podrías reproducir desarrollando tu plantación en el interior de un invernadero. A pesar de esto, nosotros apostamos por el cultivo de temporada y desarrollado de la forma más natural y sostenible posible. Cultivar de esta manera te permitirá rotar el consumo de frutas y verduras y consumirlas de una manera variada, aprovechando lo mejor de cada temporada.
Cómo plantar
¿Cómo vas a cultivar? Una vez tenemos determinando el cuándo y el dónde vamos a cultivar, debemos pensar en cómo hacerlo.
Nos referimos a la forma concreta que va a adquirir tu huerta.
Para comenzar una plantación con cuidado y bien protegida, puedes hacer un semillero a partir de una caja de huevos y germinar semillas para plantarlas de forma definitiva cuando comiencen a crecer.
Pero, ¿a dónde las trasplantaremos? En caso de que tengas una huerta en la que poder trabajar la tierra, este es el lugar perfecto. Pero existen muchas formas de poner en marcha un huerto aunque no cuentes con una terreno que cultivar. Los huertos urbanos o caseros se suelen hacer con recipientes tipo cajón, recintos con más de un metro cuadrado de área y lo suficientemente profundos para que las raíces puedan crecer y respirar. Este tipo de modelos pueden ser reciclados a partir de casi cualquier cosa. De hecho, empleando cajas de plástico, bridas y plásticos podremos replicar las mesas de cultivo de las tiendas, y la eficacia del cultivo seguirá siendo la misma.
Otra alternativa es plantar directamente en una maceta. De esta forma podemos tener plantas individuales en cada maceta y tratarlas de forma personalizada. Eso sí, recuerda utilizar macetas de un tamaño que se ajuste a las necesidades de cada planta y sus raíces.
Qué plantar
Después de citar algunas de las cuestiones más relevantes para seleccionar el tipo de cultivo más adecuado en función de todas las variables, toca tomar una decisión.
Si has hecho bien los cálculos, en este punto contarás con un amplio abanico de frutas, verduras y hortalizas entre las que elegir. Pero, ¿qué quieres consumir?
Esta es la última pregunta que te debes hacer antes de comenzar a plantar.
Puedes cosechar productos que compras habitualmente en el supermercado, como el tomate o la zanahoria, y eliminarlos así de la lista de la compra para reducir tu huella de carbono. También puedes optar por alimentos de consumo menos frecuente, pero que sabes que podrás necesitar de vez en cuando, como el ajo o el perejil. Sea cual sea tu decisión, tómate tu tiempo para tomarla de forma consciente, y hazlo con una perspectiva de sostenibilidad. La transformación está en tus manos.
Conocimiento para la sostenibilidad
El medio rural es el principal proveedor de alimentos. Una experiencia práctica como la de crear tu propio huerto te permitirá conocer de primera mano los retos a los que nos enfrentamos como sociedad a la hora de garantizar la alimentación mundial.
Además, si lo cuidas con mimo y esfuerzo, es probable que conlleve el reconocimiento y la valoración del trabajo de todas esas personas que cuidan los campos cada día para que podamos hacer la compra y, de alguna forma, lo tengas en cuenta en tus decisiones de consumo, contribuyendo a la prosperidad y sostenibilidad del rural.