Vivimos una época en la que existe una creciente preocupación por el medio ambiente, la sostenibilidad y el consumo responsable. Como resultado, podemos ver que hay un número creciente de consumidores que se preocupan por el origen de sus productos.
Vivimos una época en la que existe una creciente preocupación por el medio ambiente, la sostenibilidad y el consumo responsable. Como resultado, podemos ver que hay un número creciente de consumidores que se preocupan por el origen de sus productos.
Hoy hablamos del consumo de proximidad, que es una nueva forma de consumir que se basa en la proximidad al consumidor.
Qué es el consumo de proximidad
El consumo de proximidad significa comprar productos elaborados localmente, que se producen y venden en las proximidades de donde se consumen. Este tipo de consumo se está volviendo cada vez más popular porque ayuda a reducir las emisiones del transporte y también es bueno para las economías locales.
Beneficios
Los beneficios del consumo de proximidad son numerosos. Es uno de los modelos de consumo más sostenibles, porque reduce el uso de transporte y almacenamiento. También tiene un efecto positivo en la economía local, porque crea más puestos de trabajo y proporciona más ingresos a las personas que viven en esa zona.
El consumo de proximidad puede conducir a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, los residuos y el gasto doméstico hasta en un 30%.
Ante la duda, consume local
Debemos ser más conscientes del impacto de nuestro consumo en el mundo en el que vivimos. Es importante saber de dónde vienen nuestros productos, cómo se fabrican y cómo se envasan. Saber si han sido probados para seguridad y qué tipo de ingredientes contienen. Pero con tantos productos disponibles, es difícil encontrar toda esta información antes de realizar una compra.
Apostar por un consumo de proximidad facilita que podamos comprobar si los bienes que compramos se han producido de manera responsable y sostenible, sin dañar el medio ambiente.