Regeneración de suelos frente a la Crisis Climática
La mayor parte de las emisiones generadas por la agricultura están relacionadas con prácticas como la deforestación, la sobreexplotación de los suelos, el laboreo excesivo… sin embargo existen otros modelos de gestión, que son susceptibles de almacenar carbono, tanto en los suelos como en la biomasa.
La importancia global de un suelo sano
La degradación de los suelos agrarios disminuye los rendimientos de los cultivos y reduce el almacenamiento de carbono en los ecosistemas agrícolas, y puede acarrear efectos adversos sobre la biodiversidad. Sin embargo, practicar una agricultura que introduce criterios de autoregeneración de la productividad de los suelos favorece la conservación y rehabilitación a los sistemas alimentarios y agrícolas.
El suelo como sumidero de carbono
El carbono orgánico del suelo (COS) se relaciona con la sostenibilidad de los sistemas agrícolas afectando las propiedades del suelo relacionadas con el rendimiento sostenido de los cultivos.
La agricultura y el sector forestal pueden contribuir eficazmente a la mitigación del cambio climático por su capacidad de almacenar carbono y constituirse como grandes sumideros.
Esta retención de carbono en los suelos ocasiona grandes beneficios ambientales al mejorar la calidad del suelo, incrementar la estabilidad de los agregados y la resistencia a la erosión, aumentar la capacidad de retención de agua y nutrientes, la actividad biológica y la biodiversidad de los organismos del suelo, así como la resistencia de los suelos frente a los contaminantes.
La iniciativa “4 por 1000”
La “Iniciativa 4 por 1000: Suelos para la seguridad alimentaria y el clima” impulsada por el Gobierno de Francia en la COP 21 tiene como objetivo asegurar que la agricultura juega un papel relevante en la mitigación y adaptación al cambio climático.
La propuesta es que un pequeño incremento anual de un 4 por 1000 del carbono orgánico del suelo (COS) tiene un gran impacto en la mejora de la fertilidad y la producción agrícola. Como este carbono incorporado al suelo no termina en la atmósfera, la agricultura y la silvicultura se convierten en actores clave frente a la Crisis Climática.
Un gran potencial a través del manejo de los suelos
El potencial de secuestro de carbono del suelo a nivel mundial se sitúa en 2,1 billones de toneladas al año, correspondiendo a los suelos agrarios una tasa de secuestro de entre 0,4-1,2 billones de toneladas al año si se aplicasen prácticas como la siembra directa, la retirada de tierras, la implantación de cultivos perennes, implantación de cultivos de raíces profundas, utilización óptima de enmiendas orgánicas (estiércol animal, lodos de depuradora, paja de cereales, compost), rotaciones de cultivos, riego, cultivos bioenergéticas, agricultura ecológica y conversión de tierras de cultivo en pastizales o bosques.
Otra contribución de ASAMEC
Nuestro programa de Agricultura Sintrópica Aplicada a Modelos de Economía Circular (ASAMEC), tiene como objetivo principal aportar opciones de modelos de gestión agraria más sostenibles aprovechando los recursos de proximidad para replicar los procesos naturales que llevan a ecosistemas equilibrados.
Sus principios basados en agricultura regenerativa desde el enfoque de la sintropía se centran en la imitación de la naturaleza para la recuperación de suelos. La recuperación de suelos y la aportación de distintos tipos de materia orgánica al suelo (carbono) a través de la agrosilvicultura contribuye a hacer frente a la Crisis Climática.