La transición energética como oportunidad para un rural más próspero
La transición hacia un modelo energético sostenible sigue siendo una de las principales urgencias para la sostenibilidad global. En este proceso, el rural tiene un importante papel que jugar como generador de energía.
Una de las importantes tareas pendientes para avanzar hacia una sociedad sostenible es la transición hacia un modelo energético menos dependiente de combustibles fósiles. Esta transición conlleva un papel fundamental de un medio rural que se puede aprovechar de este proceso como una oportunidad para el desarrollo.
Rural y urbano en la misma dirección
Un rural más próspero incrementa las posibilidades de mejorar la calidad de vida en el propio medio y las comunidades a las que abastece de productos y suministra servicios. Esto es evidente en cuestiones energéticas ya que la producción es fundamentalmente rural y el consumo mayoritariamente urbano.
Es necesario, por tanto, un enfoque integral en el que no se consideren los medios por separado sino como parte de un todo y en el que, aunque los roles estén claramente diferenciados (medio productor vs. medio consumidor), la relación sea equilibrada conforme a las necesidades e intereses de cada ámbito.
Impulso de nuevas oportunidades
Esta transición requiere volver a pensar en la generación local, de baja potencia y distribuida como una posible alternativa si se dan las condiciones adecuadas. De hecho, este enfoque que no tiene todas sus cuestiones resueltas, impulsaría el desarrollo de soluciones tecnológicas para una hipotética explotación y gestión energética descentralizada.
La necesidad de encontrar soluciones a problemas no resueltos es a su vez una oportunidad tecnológica y empresarial en torno a la transición energética.
Una oportunidad circular para el medio rural
La transformación del modelo a través de redes de distribución descentralizadas e inteligentes (Smart Grids) y el fomento de las energías renovables son la aplicación de le economía circular a la energía.
Las energías limpias son un recurso muy importante para la prosperidad del medio rural. Como medio abastecedor de energía a las ciudades, pero también para facilitar la satisfacción de sus propias necesidades a través del autoconsumo particular y productivo favoreciendo el control de los costes eléctricos en la agricultura y la ganadería tienen cada vez un mayor peso en los costes de las explotaciones.
Esto es beneficioso en términos ambientales al tiempo que puede generar empleos y una importante diversificación de fuentes para las rentas rurales.
El reto de la economía circular
De manera muy resumida se podría decir que le economía circular es una economía eficiente en el uso de los recursos, intentando que el valor de los productos, los materiales y los propios recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible al tiempo que se reduce al mínimo la generación de residuos.
Una propuesta cargada de sentido común que sin embargo tiene su principal reto en la aceptación cultural.
“Hay que tener presente que el nuevo sistema requiere la adaptación a los ritmos de la naturaleza y pide un regreso de las inversiones a mucho más largo plazo. A la vez también implica un cambio en la cultura del consumo donde el usuario tiene más responsabilidad”, afirma Verònica Kuchinow socia fundadora y directora de Símbiosy.