La diferencia de lo artesano que se nota en la harina
Valor añadido a través de la transformación artesana de harinas molidas en molino de piedra desde 1918.
La transformación es una de las herramientas más importantes para le generación de valor añadido en el medio rural y el Muiño de Cuiña en Lalín, nos demuestra que la transformación artesanal consigue incluso un mayor valor para el producto final, en este caso, una harina que es apreciada por cocineros, panaderos y reposteros que la utilizan como base de sus recetas.
Más de 100 años de historia
La construcción del Molino del Abuelo data del año 1918 cuando Eladio Cuiña Taboada, miembro fundador, vio una necesidad de moler el trigo que se cultivaba en la zona. Por aquel entonces era un molino de una sola piedra y el cobro se hacía quedándose con una parte del trigo que la gente llevaba para moler.
El negocio familiar fue traspasado a la siguiente generación y en vista de su producción, su hijo Luis Cuiña Fondevila decidió hacer una reforma y modificación pasando a tener 3 piedras de moler todas ellas empujadas por la fuerza del agua, que es el modo de moler tradicional.
Actualmente es la siguiente generación la que gestiona el molino familiar realizando una nueva ampliación y pasando a tener 7 piedras, por este motivo cuenta con una producción más elevada pero igual de tradicional y artesana que en los primeros días de El Molino del Abuelo, de ahí su diferenciación, calidad, textura e inconfundible sabor de los productos respecto a harinas de producción industrial.
Harinas especiales
Desde sus instalaciones venden harina de elaboración artesana y sin conservantes a panaderías y particulares. Harinas de todos los tipos:
- Harina de trigo, de trigo gran fuerza, fariña do país, harina de trigo gallego Callobre, harina de trigo gallego temesino, harina de trigo gallego Caaveiro.
- Harina de maíz blanco y de maíz amarillo.
- Harina de centeno, de centeno 70, de centeno semi integral 130 e integral 150
- Harina de espelta blanca y espelta integral.
Todas elaboradas artesanalmente y cada una para satisfacer distintas necesidades de las elaboraciones de panaderías, reposterías y restaurantes, pero como decíamos, también en casa.
Valor añadido
No sólo la actividad del molino es un valor para el medio rural a través de una transformación de proximidad, sino que pone en valor todo el trabajo de grano cultivado en nuestro entorno más próximo, contribuyendo a la sostenibilidad de la transformación del alimento.