Ganadería Doval, vacas que reducen el riesgo de incendio en la Serra do Candán
Manuel decidió apostar por la cría de vacas en extensivo en su aldea natal, Zobra, en plena Serra do Candán. Primero empezó con Rubia Galega y fue incorporando las Cachenas. Buena parte de sus animales pastan en los montes y contribuyen así a controlar el matorral y a reducir el riesgo de incendio.
Manuel Doval tenía trabajo estable en las obras de construcción de carreteras, pero decidió dejar aquella actividad y apostar “por una vida totalmente diferente”, con la cría de vacas en extensivo en su aldea natal, en los montes de la parroquia lalinense de Zobra, en plena Serra do Candán.
El ahora ganadero empezó con vacas de la raza Rubia Galega para luego pasarse a la raza autóctona Cachena, que hoy son mayoría en su rebaño. “Quería empezar ya con las Cachenas, pero la inversión era muy grande y decidí ir poco a poco”, explica el ganadero. Hoy cuenta con unas 20 vacas de raza Rubia Galega y unas 70 cachenas.
De la Rubia Galega a las Cachenas
Mientras las vacas de Rubia Galega pastan en los prados más próximos a la vivienda, las cachenas las tiene en el monte casi todo el día y sólo en determinadas temporadas, con los terneros muy pequeños, regresan al establo que les ha preparado en una de sus fincas.
Una gestión entre monte y praderas
Los terneros permanecen en una parcela de una hectárea. El resto del rebaño de las cachenas se reparten por unas 40 hectáreas de monte vecinal mancomunado. “Yo necesitaba monte para mi rebaño y mis vacas contribuyen a mantener el monte limpio, colaborando en la prevención de incendios”, destaca Manuel. De hecho, en colaboración con la Comunidad de Montes de Zobra desbrozaron parte de esta superficie para facilitar que crezca el pasto.
Junto con las fincas de monte, Manuel tiene en propiedad alrededor de unas 15 hectáreas de praderas en Zobra donde suelen pastar y pasar el día las vacas de Rubia Galega.
Además, en la parroquia vecina de Vilatuxe tiene arrendadas otras 20 hectáreas. En estos prados es donde produce buena parte de los forrajes, tanto de silo de hierba como de heno, para complementar la alimentación del ganado.
Venta directa
Vende sobre todo a particulares y de manera directa. En estos primeros tiempos está vendiendo sobre todo los terneros machos y cría las becerras para ir incrementando el rebaño. “Todas no las puedo criar porque sino, las ventas son insuficientes para sostenerse”, comenta.
Manuel comercializa directamente los becerros una vez que tienen alrededor de 8 meses, con unos 110 -115 kilos en canal, efectuando los trabajos de sacrificio y despiece en un matadero y en una carnicería próximas.
La mayoría de sus clientes, por el momento, son particulares de la zona o que lo han conocido a través del boca a boca. Además, algunos de los becerros los destina al pago por el alquiler de las tierras de los vecinos.
Impulsando un cambio
Manuel ha intentado ya convencer a otros ganaderos de la zona para crear una ganadería en extensivo conjunta, más amplia, aprovechando los montes vecinales en mancomún que pueda cederle la comunidad de montes. Es una iniciativa que aún no ha fructificado. “Para mí era la manera de poder ser más competitivos y al mismo tiempo, conseguir que el monte no terminase acercándose al pueblo”, comenta el ganadero.
Doval también está ya en camino de convertirse en una ganadería en ecológico, solo pendiente de terminar los últimos trámites de la certificación.