Regenerar suelo para garantizar el alimento
Al regenerar el suelo mediante prácticas sostenibles como la agricultura sin labranza, el compostaje y la plantación de cultivos de cobertura entre cosechas, podemos garantizar la salud de nuestro suelo para que las generaciones futuras tengan acceso a fuentes de alimentos abundantes.
El suelo es un ser vivo y, como todo ser vivo, necesita cuidados y atención. Regenerar el suelo mediante prácticas sostenibles como la agricultura sin labranza, el compostaje y la plantación de cultivos de cobertura entre cosechas, permite garantizar la salud de nuestro suelo para que las generaciones futuras tengan acceso a fuentes de alimentos abundantes.
Agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa es un sistema de prácticas agrícolas que aumenta la biodiversidad, enriquece los suelos, mejora las cuencas hidrográficas y potencia los servicios de los ecosistemas. Puede definirse como un enfoque que mantiene o aumenta la diversidad de la vida en la Tierra a largo plazo.
En la agricultura regenerativa, los agricultores aumentan la biodiversidad de varias maneras: plantando cultivos de cobertura durante todo el año en lugar de utilizar el suelo desnudo; incluyendo leguminosas en sus rotaciones de cultivos; y rotando entre el pastoreo del ganado en pastos perennes y los cultivos anuales como el maíz o la soja en otros campos.
Estas actividades les permiten restablecer la salud del suelo y, al mismo tiempo, secuestrar el dióxido de carbono de la atmósfera en el suelo, donde construye una capa superficial saludable en lugar de añadir gases de efecto invernadero al aire que nos rodea.
Otras técnicas para mejorar la salud del suelo
El uso de cultivos de cobertura para mejorar la salud del suelo es una estrategia importante para aumentar la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario. Los cultivos de cobertura pueden rotarse con otros cultivos para reducir la erosión y mejorar la estructura del suelo, al tiempo que ayudan a alimentar al ganado.
La plantación de un abono verde, como el trébol o la veza, entre las temporadas de cultivo aumentará la materia orgánica y ayudará a mejorar la salud del suelo.
Otro método es plantar una legumbre que fije el nitrógeno en el suelo, como los guisantes o las judías. Las raíces de estas plantas extraen los nutrientes de las profundidades del suelo, donde los almacenan los hongos que viven bajo tierra (conocidos como hongos micorrícicos). Cuando se arrea la capa superior del suelo después de la cosecha, se devuelven esos nutrientes a la siguiente plantación, lo que hace que sea menos probable que haya que añadir más fertilizantes más adelante si se utiliza esta técnica con regularidad.
Ser más autosuficientes en la producción de alimentos
El objetivo de estas prácticas es regenerar el suelo y ser más autosuficientes en la producción de alimentos, así como secuestrar el carbono en el suelo, donde pertenece, en lugar de liberarlo a nuestra atmósfera a través de la quema de combustibles fósiles o cuando las plantas se convierten en montones de compost.
La agricultura regenerativa puede ser una poderosa herramienta en la lucha contra el cambio climático, pero no está exenta de desafíos. Hay muchos intereses que compiten cuando se trata de la producción de alimentos y de cuestiones de conservación como la biodiversidad y la calidad del agua. Tenemos que trabajar juntos si queremos que nuestro sistema alimentario sea lo suficientemente resistente para todos nosotros.