Pía Paxaro, servicios turísticos asociados al sector primario
Hace 8 años que el biólogo vigués Marcos Reinoso dejó atrás su vida urbanita, vinculada al ocio nocturno, para irse a vivir a la Serra do Courel y fundar una empresa de turismo rural con la que poner en valor el sector primario.
Hace ocho años, el biólogo vigués Marcos Reinoso cambió radicalmente su vida urbana para fundar la empresa Pía Paxaro, que entre otras cosas, quiere divulgar la importancia de mantener vivo el sector primario en la comarca de O Courel.
Otra forma de poner en valor el sector primario
Pía Paxaro centra su actividad en organizar rutas guiadas de senderismo, así como actividades de ocio ligadas al medio natural, como jornadas micológicas, catas de miel y aceite o cursos de ornitología. Todo con una misión divulgativa clara: «dar a conocer la enorme riqueza paisajística, botánica, fáunica y etnográfica de la sierra. Por resumirlo, transmitir la esencia del Courel», explica Reinoso.
Para Marcos, sin el sector primario, el turismo rural no tendría el más mínimo sentido: “el turismo debe entenderse como complemento a un sector primario con rendimiento económico. Es muy sencillo de comprender. Si no hay quien cuide los sotos, los caminos desaparecerán. Si no hay vacas que pasten en las zonas más altas, los pastos también desaparecerán de la montaña».
Aunque la pirámide poblacional de O Courel lleva décadas invertida, iniciativas como la de Marcos «dan trabajo, traen gasto a la comarca y, en definitiva, ofrecen oportunidades para rehabitar el rural. Son nuevos enfoques que, además, son una alternativa real al canon turístico que solo da la opción de crear casas rurales», reivindica el también presidente de la Asociación de desenvolvemento rural Serra do Courel.
«Desde nuestra asociación llevamos años demandando a las instituciones que O Courel reciba la catalogación de Parque Natural y, así, poder contar con los recursos necesarios para proteger nuestro ecosistema», añade.
Marcos aboga también por una mayor profesionalización del sector primario de la comarca: «El campo aquí solo se emplea para hacer huertas de autoconsumo. En nuestros supermercados encuentras lo mismo que encontrarías en la ciudad. No hay producción primaria. Los visitantes no pueden comprar castañas ni setas de O Courel”, concluye.
Los frutos del bosque autóctono: setas y castañas
En plena temporada de recogida de setas, O Courel ha sido, históricamente, uno de los enclaves privilegiados dentro del territorio gallego para hacer rutas micológicas. Tanto es así que, en otoño, Pía Paxaro organiza numerosas escapadas por la sierra para identificar setas y divulgar buenas prácticas e información más allá de la comestibilidad.
En esta época, los sotos de O Courel también ofrecen una de sus joyas: las castañas. Para Marcos, igual que para muchos de sus vecinos, la recogida otoñal de castañas para su venta supone un ingreso extra con el que compensar, en cierta medida, el paso a la temporada baja del turismo rural. Sin embargo, la despoblación de la zona ha hecho que la salud de los castaños se haya visto afectada. «Hace 70 años, todo el vecindario se organizaba para salir a cuidar los castaños con podas para leña que los mantenían sanos. Les interesaba, claro. Además, podían llegar a alimentar a más de 6.000 personas que vivían en la comarca», explica Reinoso.
Ahora, con apenas 1.000 habitantes y una población envejecida, no existe esa voluntad. A pesar de todo, Marcos insiste en que, si se profesionalizara y se formara a la gente al respecto, todo el ayuntamiento podría obtener un beneficio económico, como él mismo hace desde Pía Paxaro con la recogida de castaña: «a veces imagino que existiera una denominación de origen como Castaña do Courel con la que, aparte de exigir una calidad mínima a los productores, se englobasen y se prestigiasen las quince especies diferentes de castaños que tenemos en nuestros bosques>>.
Las potencialidades del regreso del oso pardo
Otra potencialidad de la comarca que identifica Marcos es la reaparición del oso pardo en la Serra do Courel, una situación que ha generado opiniones dispares.
La historia del oso en la comarca se remonta a antaño. Según la Fundación Oso Pardo, el oso desapareció a finales del siglo XIX de la sierra, quedando limitada su presencia en Galicia a algunos enclaves de Ancares, próximos a las sierras del Alto Sil leonés y el occidente asturiano. Las numerosas albarizas de piedra que quedan repartidas por la sierra courelana reflejan siglos de convivencia entre osos y humanos y también los enormes esfuerzos que realizaron los antiguos habitantes para proteger las colmenas. Ahora, excepto algunos vecinos que viven más aislados en el bosque y sienten un cierto «miedo a lo desconocido», está siendo bien recibido.
«Gran parte de esta normalización se debe a la enorme labor educativa que hacen los y las docentes del colegio de O Courel. Los niños aprenden la importancia de la presencia del oso. Lo entienden como una alabanza a nuestro ecosistema. Luego, llegan a sus casas, conversan con sus padres y sigue el ciclo de la sensibilización», explica Reinoso.
Por supuesto, el oso puede convertirse en otro reclamo turístico para atraer visitantes a la zona, pero como recalca Marcos: “lo principal debe ser tener una economía local sólida con la que mantener la comarca”. Y Pía Paxaro seguirá remando en esa dirección.