Miel Liñares, producción en Red Natura
David lleva media vida entre abejas. Comenzó en la apicultura con 17 años y hoy, con 34, está especializado en la cría de reinas y produce núcleos para clientes profesionales de Galicia, Asturias, León, Cantabria o Toledo. También se dedica al asesoramiento y formación y desde hace 10 años comercializa su miel bajo marca propia.
“Mis bisabuelos, mis abuelos y mis padres tenían abejas. Yo empecé con 2 colmenas y hasta ahora, que trabajo 600. Pero mi lema no es crecer para decir que tengo muchas colmenas, al contrario, prefiero demostrar que soy capaz de vivir dignamente con pocas. Yo si pudiese vivir con 400 no tendría 600. Pero años de mala cosecha o de precios bajos te obligan a aumentar en volumen. En España hay grandes cooperativas de miel que acumulan mucho stock y cuando lo ponen en el mercado por envejecimiento del producto cae mucho el precio, por no hablar de la miel que entra por debajo de los precios de coste desde China, Sudamérica y Centroamérica, ¿tú cómo compites contra eso?”, se pregunta.
David explica con naturalidad la situación en la que se encuentra el sector y su largo camino en el mundo de la apicultura. Ese camino lo llevó a montar hace 10 años en Gresande, una parroquia de Lalín con solo 200 vecinos, una envasadora para dar salida a su producción de miel, que modernizó y adaptó el año pasado.
La apuesta por vivir de la apicultura de David y su pareja, Laura, lo es también por un modo de vida en el rural, en un entorno saludable en el que poder criar a sus hijos. En 2020 fueron padres y el trabajo ahora se ha multiplicado, porque también las abejas necesitan cuidados continuos.
Del producto a granel al cliente final
Al principio David vendía a granel su miel con destino a Alemania y Francia “pero te la pagaban muy poco”, reconoce. Por eso decidió cambiar de estrategia y sustituir la exportación por la venta directa. Ahora apuesta por el mercado de proximidad y comercializa sus productos en tiendas y en ferias.
“Ahora envaso y distribuyo mi propia miel”, explica. Además de sus mieles monoflorales y multiflorales, David elabora miel con frutos secos y miel con polen, también comercializa envasado polen de castaño y vende por encarga tacos de cera pura para elaborados y cosmética.
Nuevos enjambres para clientes de toda España
Miel Liñares cuenta en este momento con 15 colmenares en Red Natura, que dedica a producción de miel. A mayores tiene los que dedica a cría de reinas y fecundación de núcleos de abejas, que es en lo que David está especializado.
A pesar de haber diversificado en los últimos años hacia la producción de miel, sigue manteniendo los clientes particulares y profesionales de Asturias, León, Cantabria o Toledo que le hacen encargos de núcleos cada campaña, por lo que es frecuente ver su incubadora repleta de reinas.
Trashumancia a zonas de costa
Para hacer los núcleos que comercializa, David no divide colmenas, sino que cría nuevas reinas. De este modo no se debilitan las colmenas.
Otra de las claves del manejo que Miel Liñares hace es mover los nuevos enjambres a la zona de costa para que pasen el invierno de forma más suave y, de paso, aprovechen la floración del eucalipto.
Volcado en la parte didáctica
David es un entusiasta de su trabajo y gusta de transmitirlo y darlo a conocer, impartiendo cursos para formar a apicultores y asesorar tanto a profesionales como a personas que deciden iniciarse en la apicultura de manera aficionada.
Cuenta asimismo con un colmenar preparado para hacer visitas guiadas sin bajarse del coche. “La parte didáctica de la apicultura es muy chula, aunque te robe tiempo”, dice. También lleva sus abejas a campamentos de verano para que los niños y niñas tomen conciencia de su importancia como polinizadores. “En una región de China donde se extinguieron las abejas tienen que polinizar con un pincel”, explica.
Depredadores como la avispa asiática, enfermedades como la varroa o determinados tratamientos químicos en los cultivos aumentan la mortalidad en los apiarios y merman las colonias de abejas, esenciales para garantizar la polinización de la mayoría de plantas que comemos los humanos. Por eso, dice, no comprende como “hay gente que minimiza el problema y no toma en serio la amenaza que supone la desaparición de las abejas”.