Labrecos: un modelo circular y sostenible de huerta en ecológico
Conocemos el trabajo de esta cooperativa de las Mariñas coruñesas, que apuesta por técnicas de agricultura rexenerativa, por la lucha biológica y por hacer su propio abono para producir los alimentos, sin insumos externos. Después venden a través de vías de comercialización propias, bajo criterios proximidad.
Labrecos es una cooperativa de trabajo asociado que se encuentra en el municipio de Oza-Cesuras. Se dedica a la huerta y a la cría de carne en ecológico, y encara su futuro con la idea de potenciar sistemas agroforestales. Los tres miembros que la componen contemplan estos tres elementos como un todo que permite obtener una producción de huerta en ecológico de una manera muy rentable, con productos de calidad, y sin la necesidad de abonos orgánicos externos.
La comercialización de sus productos se fundamenta en los ciclos cortos. Una de las vías es la venta directa a los consumidores, tanto particulares como restaurantes, que se adaptan a la temporalidad de la producción.
Otra de las vías importantes es la venta a comedores colectivos, principalmente colegios, a través de iniciativas como la de Ecocomedores, con la que no solo se pretende acercar a los niños productos de huerta en ecológico, sino que también se procura concienciar sobre la importancia de consumir alimentos sostenibles y sin residuos.
Esta línea de concienciación se traslada también a otro proyecto de Labrecos, en conjunto con la Asociación Raiña y Os Biosbardos, que consiste en crear grupos de consumo en los colegios de la comarca, haciendo llegar una disponibilidad conjunta de las 3 huertas a familias, profesores o incluso vecinos de las escuelas. Eso permitiría que el modelo de comedor ecológico que siguen en la escuela sea extensivo a las casas.
¿Cómo trabajan en Labrecos?
En Labrecos trabajan en el marco de la agricultura ecológica certificada, con el sello del Craega, y además se orientan a primar el trabajo manual, en lugar del mecánico, para favorecer el máximo posible a biodiversidad del suelo.
“Una de nuestras premisas es dejar que la naturaleza funcione como tiene que hacerlo, y para eso, optamos por técnicas de lucha biológica contra las plagas o por métodos de agricultura regenerativa para mantener un suelo húmedo, esponjoso y así reducir su desgaste”, explica una de las socias cooperativistas, Raquel García.
La cría de los animales para esta Cooperativa, además de complementar su actividad económica, representa una de las fuentes principales de fertilizantes para los cultivos. “Controlamos el compostaje del estiércol, controlamos que no tenga semillas, y echamos lo que realmente le hace falta a la planta. Esto también nos permite un control de las plagas porque si utilizamos la cantidad de materia orgánica idónea, con una trazabilidad interna, esto reduce la aparición de problemas”, detalla el socio cooperativista Aitor Lata.
De esta manera, el cuidado de los suelos es una de las claves de la huerta en ecológico de Labrecos, puesto que “la base es tener una tierra sana, con una riqueza en materia orgánica y en microbiología y a partir de ahí, la planta es una consecuencia”, agrega otro de los socios, Iván Lata.
En estos momentos, a pesar de que la mayor parte de la producción está en invernadero, la Cooperativa también tiene una pequeña parte de huerta exterior en la cual están implementando técnicas concretas de agricultura regenerativa, como la cobertera con hierba cortada, que evita la solarización del suelo, para así mantener el suelo húmedo y capaz de desarrollar la aparición de microorganismos.
“Tan sólo hay que mirar lo que pasa en el monte, el suelo está cubierto por varias capas de hojas, dando lugar la un compostaje en superficie que favorece la proliferación de biodiversidad”, compara Aitor Lata.
En cuanto a la planta certificada en ecológico, Labrecos hace su propia planta a través de siembra, en la medida del posible. Aun así, “siempre hay alguna planta que te sale mal, y la relativa incipiencia del mercado en ecológico hace que algunas veces sea complicado conseguir planta en Galicia, sobre todo antes. Ahora conocemos a un compañero asentado en Cerceda con el que colaboramos y nos va muy bien”, señala Iván Lata.
Con todo esto, los rendimientos de la producción de Labrecos se ven afectados por su manera de trabajar? La respuesta por la parte de sus socios es un rotundo no.
“Eso de que la agricultura en ecológico no es productiva es un gran bulo, es incorrecto, tan sólo es menos productiva si continúas aplicando el sistema de producción convencional. Si continúas con las mismas prácticas de maltratar el suelo, arar con el tractor, etc. sí que es menos productiva porque no tienes el salvavidas del saco de abono. Tan sólo hay que ser más cuidadoso”, afirma.
La comercialización de la producción
La producción en ecológico de Labrecos tiene diferentes vías de llegar al consumidor final. Una de ellas es a través de la venta directa la particulares, por la cual, una vez a la semana, y en función de su producción, los socios de Labrecos acercan una cesta a cada cliente. “Esta fórmula nos permite tener una cercanía con el consumidor, para obtener un feedback sobre nuestra cosecha”, amplía Raquel García.
Sobre la adaptación de las cestas a los productos de temporada, desde Labreco inciden en la adaptación del consumidor. “Lo que observamos es que nuestra gama de clientes se fue adaptando a la temporalidad de los cultivos cada vez con menor inconveniencia, y si una semana, por cualquier fenómeno no podemos entregarles la cesta, lo van a entender”, concreta.
Otro de los puntos de venta para la producción de la Cooperativa es la iniciativa Ecocomedores, esto es, el suministro a comedores escolares, que “ya estaba en nuestra mente antes de iniciar el proyecto”, avanza Iván Lata. “Esta iniciativa es muy importante porque no solo estamos alimentando a los niños y niñas de una manera saludable, sino porque estamos dándole de comer a nuestros clientes de futuro”, comenta.
“Aun así, en un primer momento no nos vimos con fuerza para generar los alimentos necesarios para abastecer un comedor escolar con un número de alumnos elevado, pero a raíz de un proyecto piloto del Grupo de Desarrollo Rural Mariñas-Betanzos, que agrupó a productores de proximidad, contactó de nuevo con el grupo una escuela infantil de Novo Mesoiro, comenzamos por ahí, y fuimos llegando a más centros hasta la situación actual”, explica Iván Lata.
Proyectos de futuro de Labrecos
En estos momentos los socios de la Cooperativa van a continuar por la formación en sistemas agroforestales. “Lo ideal sería que en el momento de la plantación del apartado de huerta también se pongan una serie de líneas de árboles, para que, con el tiempo, los árboles colonicen ese terreno y formen un monte. Una vez suceda eso, se llevará la huerta a otra superficie para hacer lo mismo”, detalla Iván Lata.
Esta orientación está motivada por la problemática del agua, puesto que “desde Labrecos vemos que la sequía del verano está en cierto modo alimentada por la falta de árboles, es decir, no hay materia orgánica en los suelos y por lo tanto no hay retención, da igual lo que llueva”, amplía.
Colaboración
Este contenido ha sido elaborado en colaboración con Campo Galego para la divulgación de iniciativas que están transformando el rural.