Retos y oportunidades de la agricultura familiar en el siglo XXI
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más del 90% de los 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo están administradas por un individuo o una familia y dependen principalmente de la mano de obra familiar. ¿Quieres conocer los retos y oportunidades que esto supone?
La Agricultura Familiar
Podríamos definir la Agricultura Familiar como una forma de organizar la producción agrícola y silvícola, así como la pesca, el pastoreo y la acuicultura, que es gestionado y dirigido por una familia y que en su mayor parte depende de mano de obra familiar.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más del 90% de los 570 millones de explotaciones agrícolas en el mundo están administradas por un individuo o una familia y dependen principalmente de la mano de obra familiar. Estas granjas producen más del 80% de los alimentos del planeta en términos de valor, lo que confirma su importancia clave en la seguridad alimentaria mundial de hoy y para las generaciones futuras.
Decenio de la Agricultura Familiar
El 20 de diciembre de 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó un proyecto sobre el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar mediante el cual la Asamblea proclamó 2019-2028 el Decenio de la Agricultura Familiar cuyo objeto es el de crear un entorno propicio que fortalezca su posición y maximice sus contribuciones a la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel global, así como a un futuro saludable, resiliente y sostenible.
Debilidades y fortalezas de las pequeñas explotaciones
Una de las principales debilidades del pequeño agricultor es su capacidad comercial, ya que no puede competir con los volúmenes de producción o la homogeneidad en los productos y la apariencia que actualmente el consumidor asocia con calidad. Tampoco resulta fácil competir en precio, precisamente por su tamaño y capacidad productiva, e individualmente, es complicada también su relación con los canales de distribución.
Sin embargo, su proximidad al consumidor final le permite ofrecer un producto con una combinación óptima entre grado de maduración y frescura. Esta proximidad también disminuye los costes del transporte y evita el almacenamiento intermedio. También es valorada, por ejemplo en la alta cocina, su capacidad de adaptación a exigencias de consumidores particulares.
Agricultura Familiar, seguridad alimentaria y sostenibilidad rural
Es muy poco probable que podamos garantizar la seguridad alimentaria única y exclusivamente con producción de proximidad, sin embargo, sí que es posible y deseable aumentar el peso de este tipo de producción y comercio dadas las innumerables ventajas que supone.
Entre esas ventajas tenemos una que no se ha mencionado hasta ahora y que es muy importante para la sostenibilidad del rural, y es que este tipo de explotaciones son fundamentales para fijar población en el medio rural al generar actividad económica y rentabilizar tierras de cultivo que en lugares como Galicia, o España en general, se están perdiendo año tras año.
También es importante destacar que la actividad agraria tradicional tiene un elevado componente de protección ambiental y esto, además de potenciarlo, debería ser reconocido socialmente.
Retos inmediatos de las pequeñas explotaciones
Además de cuestiones legislativas que deberían afrontar las Administraciones Públicas y la concienciación de consumidores que es responsabilidad de cada uno de nosotros, los pequeños agricultores y ganaderos, deben acometer los cambios estructurales que permitan potenciar sus fortalezas y minimizar sus debilidades.
- Aglutinarse en grupos con intereses comunes. Una agrupación fuerte de pequeños agricultores con un interés común permitiría negociar en condiciones más ventajosas los costes de producción.
- Facilitar el acceso a la tecnología de la información. A día de hoy, es posible encontrar grandes áreas rurales sin facilidad de acceso a los más básicos sistemas de comunicación.
- Incorporar la investigación, desarrollo e innovación como elemento clave de competitividad al igual que en cualquier otra actividad económica actual.
- Ofrecer productos elaborados de alto valor añadido. Es necesario transcender la mera producción de materias primas a través de la elaboración de productos manufacturados o semi-manufacturados.
- Diversificar la oferta de productos y servicios con actividades compatibles con la agricultura y la ganadería como por ejemplo el turismo o la gastronomía.
- Fomentar el relevo generacional requiere establecer mecanismos de ayuda a la incorporación de jóvenes a la actividad agraria.
Nuestra responsabilidad a través del consumo
Es cierto que los consumidores alrededor del mundo son cada día más conscientes de los efectos de sus decisiones de consumo, tanto en su propia vida como en la sociedad en la que viven e incluso para el conjunto del planeta. Cada día más personas relacionan la adquisición de productos cercanos al lugar en el que viven con alimentos de calidad, producidos además de forma responsable y sostenible.
Sin embargo sigue siendo muy importante la labor de concienciar y convencer al consumidor final de las bondades del producto agroalimentario de proximidad a través de la sensibilización sobre las ventajas objetivas del consumo de proximidad, no sólo en los productos sino también en la responsabilidad como sociedad.
Una contribución a la prosperidad y sosteniblidad del rural
Este modelo de agricultura tiene una gran capacidad para adaptarse a los retos alimentarios, sociales y ambientales de forma que se convierte en una oportunidad para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida, gestionar mejor los recursos naturales, proteger el entorno y contribuir a la prosperidad y sostenibilidad de las zonas rurales.