Finca Enxebreza: juventud y ambición en la ganadería gallega
Una de las fincas privadas más grandes de Galicia: Finca Enxebreza, con 1.200 hectáreas de praderas y monte en una sola pieza. Desde 2017, este extenso territorio está en manos de Xabier Paz González, un joven ganadero que dejó la universidad con apenas 18 años para dedicarse de lleno a su verdadera vocación: el campo.
En el corazón de A Terra Chá, Lugo, se extiende una de las fincas privadas más grandes de Galicia: Finca Enxebreza, con 1.200 hectáreas de praderas y monte en una sola pieza. Desde 2017, este extenso territorio está en manos de Xabier Paz González, un joven ganadero que dejó la universidad con apenas 18 años para dedicarse de lleno a su verdadera vocación: el campo.
La historia de Enxebreza comienza cuando Xabier alquila la finca a un fondo de inversión que desde hace décadas adquiere terrenos rústicos en la comunidad. Con formación en ganadería y sanidad animal, decidió dar forma aquí a un modelo agroganadero de gran escala, pero con manejo extensivo, donde la rotación de pastos y el aprovechamiento natural del terreno son la base de todo.
Hoy, más de 500 animales pastan en Enxebreza: alrededor de 150 vacas de raza salers, elegidas por su rusticidad, docilidad y facilidad de parto; unas 130 vacas cachenas de pura raza gallega, perfectamente adaptadas a la montaña; y más de 200 yeguas que completan la imagen viva de un paisaje en movimiento. Las vacas salers ocupan las praderas bajas, mientras que las cachenas y los caballos se mueven por las zonas altas, que alcanzan los 1.100 metros de altitud. En primavera, el exceso de hierba se transforma en silo para garantizar alimento en los meses más duros.
El manejo es completamente extensivo, y la mirada de Xabier ya apunta al futuro: en 2025 iniciará la conversión a producción ecológica en unas 1.000 hectáreas, con el objetivo de obtener certificación para la venta de terneros cachena y potros, y abrir así nuevas oportunidades de valorización. En su modelo, las vacas salers crían en pureza en el primer parto, para después cruzarse con toros charoleses, mejorando así la calidad y el peso de los terneros.
Enxebreza no es solo ganadería. Es también un espacio en el que la biodiversidad y la fauna salvaje forman parte del día a día. La presencia del lobo obliga a proteger el ganado con mastines, y Xabier reclama soluciones más eficaces para que la convivencia sea viable y las indemnizaciones reflejen las pérdidas reales.
Y como toque singular, la finca alberga a Stripe, una cebra traída de Países Bajos. Su presencia no es solo anecdótica: Xabier explora la posibilidad de criar cebrallos, híbridos entre cebra y caballo, que podrían actuar como protectores naturales frente a depredadores.
Enxebreza es, en definitiva, un proyecto que combina juventud, escala, innovación y un profundo compromiso con la tierra. Un ejemplo de cómo el rural gallego puede reinventarse con ambición y visión, sin renunciar a sus raíces.